Semana 9
- Marta Monforte Jaén
- 12 nov 2014
- 3 Min. de lectura
Resolviendo dudas
Tras la clase del último día, me he preguntado cuales son los indicadores de que una empresa tiene una buena reputación, equiparando el concepto de reputación también a las personas. Además me gustaría poner dos ejemplos de empresas a las que les asociamos unos valores simplemente al escuchar el nombre.
Por lo que a mí respecta, todo el mundo quiere tener una buena imagen y una buena reputación aunque no todos lo consiguen con el mismo éxito. Sin embargo, y pese a que en muchas ocasiones ambas palabras se confunden, no es lo mismo la imagen que la reputación de una empresa, como hemos visto ya en clase, son dos conceptos diferentes.

Hay que tener en cuenta que con las empresas pasa exactamente igual que con las personas: hay grandes diferencias entre la imagen que proyectan y la reputación que tienen.

La imagen es un hecho puntual. En las personas, todos los días nos vestimos con ropa diferente y solemos adecuarnos a la situación en la que vamos a estar: nos arreglamos de una manera diferente para estar en casa, para ir al trabajo o para ir de boda. Por lo tanto proyectamos diferentes imágenes de nosotros mismos. Sin embargo, ninguna imagen por si misma nos servirá para hacernos a la idea de como es esa persona realmente, sino en momentos puntuales.
En cambio, la reputación será el resultado de sumar la imagen de ese hombre durante muchos años y en muchas y diversas ocasiones. Y no solo influiría la imagen que hemos tenido de él en diferentes momentos de nuestra vida, sino que además nos influirá lo que nos han contado de él, el tipo de gente con el que se relaciona,… y la suma de todas las experiencias generará una reputación.

Con las empresas es muy similar, creo yo. La reputación viene dada por la imagen corporativa, por su publicidad, por el tono de sus mensajes, por el posicionamiento y las asociaciones que se hayan trabajado en la mente del consumidor, por los segmentos a los que se hayan dirigido… pero la suma de todos ellos, siempre y cuando sean consecuentes es lo que forjará una reputación de marca. Y una vez una marca ha conseguido forjarse una reputación es muy fácil posicionarse en la mente del consumidor y hacerse un sitio de referencia.
Ahora, me gustaría poner dos ejemplos de empresas a las que les asociamos una reputación que no siempre es cierta.

Es el caso de Mc Donalds. Al leer Mc Donalds seguro todo el mundo piensa en comida basura. Sin embargo, Mc Donalds desde hace algunos años está trabajando su imagen y su posicionamiento como hamburguesería saludable y de calidad. Aunque, obviamente, como durante muchísimos años su imagen, su posicionamiento, el target al que iba dirigido… era el de comida basura, a fecha de hoy, Mc Donalds aun sigue proyectando esta imagen. Y probablemente, para cambiar su reputación actual por aquella que le gustaría tener harán falta muchos años de trabajo y mucha inversión en mejorar y mantener su imagen y posicionamiento en la mente del consumidor como marca saludable.
El caso contrario es el que pasa con Volvo: según la revista Forbes, los coches más seguros del mundo son

Acura RDX, Acura RL, Audi A4, Audi A6, BMW Z4 Coupe/Descapotable, Chevrolet Corvette, Ford Freestyle, Honda Civic, Jaguar XJ, Lexus SC, Lincoln Town Car, Mazda MX-5 Miata, Mercedes Benz SL, Mercury Grand Marquis, Porsche Boxter, Saab 9-3, Saab 9-5, Subaru Forester, Volkswagen Passat, Volvo XC90. Sin embargo, de todas las marcas que están en el listado la única que asociamos a seguridad es la marca Volvo, pese a que curiosamente solo tiene uno de sus modelos listados como de los más seguros del mundo. Obviamente, Volvo ha sabido trabajar su imagen y su posicionamiento y con el paso de los años ha creado una fuerte reputación de coche seguro que, aunque cierta, va incluso más allá de la realidad del mercado.
Una buena reputación es consecuencia de unos objetivos claros y de una imagen de marca bien trabajada y alineada a un posicionamiento concreto en la mente del consumidor. Pero, además, para crear una reputación es necesaria mucha coherencia en las políticas y comunicaciones tanto internas como externas de la empresa durante largos periodos de tiempo.Una buena reputación es consecuencia de unos objetivos claros y de una imagen de marca bien trabajada y alineada a un posicionamiento concreto en la mente del consumidor. Pero, además, para crear una reputación es necesaria mucha coherencia en las políticas y comunicaciones tanto internas como externas de la empresa durante largos periodos de tiempo.
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